Lo que se debate en Cuba, en el contexto internacional
Por Ulises Espinosa Núñez
Foto: Ulises
La capacidad intelectual por el alto nivel de escolarización que tiene su sociedad , le permité al cubano el diálogo sobre los medulares acontecimientos del mundo, sobre todo aquellos que de alguna manera hay que cotejarlos con los propios, en primer lugar para corroborar que amén de sus limitaciones económicas, la Nación es estable y el gobierno no busca soluciones con perjuicios para el pueblo.
Los paquetazos, como algunos comentaristas internacionales señalan a los acuerdos que en varios países se aprueban para hacer reajustes financieros, son cotejados acá con las medidas que el gobierno cubano ha adoptado, a partir de decisiones parlamentarias con el mismo fin, incluso el reajuste de plantillas que moverá de un puesto a otro un millón y medio de trabajadores, sin que ello haya significado efecto traumatico para las masas de obreros, empleados, jubilados y beneficiados por la asistencia social.
Lo segundo que al respecto enfatizó el presidente cubano Raúl Castro Ruz, luego de argumentar la medida fue que nadie quedará desamparado ni desprotegido, como ya otras veces ocurrió cuando el mismo fenómeno de las plantillas infladas afectaba la eficiencia, y luego cuando sobrevino el Período Especial (crisis económica), tras el derrumbe del campo socialaista y la desintegración de la Unión Soviética.
Siempre hubo alternativas, variantes justas, que el pueblo asimiló por el pragmatismo con el cual los máximos dirigentes del país le presentaban los problemas coyunturales de Cuba, y la forma viable para enfrentarlo y salir adelante, sin retroceso en la equidad y la justicia sociales, y por ello ahora, tranquilamente, con criterios racionales, los cubanos vuelven a una nueva coyuntura, que como las de los últimos 18 años, tienen origen entre otras causas por el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos.
Ahora se trata de que cientos de miles de trabajadores tal vez ya no puedan seguir ejerciendo su oficio o profesión, según su nivel, y otros dejar de realizar una actividad de servicio, y en todos los casos, dedicarse a otra, opcional por supuesto, siempre atendiendo al principio de voluntariedad, pero en ningún caso existirá la vía ya aplicada en el Período Especial, de que alquien se vaya a su casa a recibir el 60 por ciento del salario sin producir nada.
Viene la posibilidad de que se autorizará licencia o autorización para realizar unas 180 labores por cuenta propia, pago al fisco de por medio, y con la anuencia de emplear fuerza laborar de hasta cinco personas, y ello con el propósito de abrir un espectro de servicios y producciones que durante décadas el Estado no puso satisfacer con eficiencia.
Pero hay algo más, y es que quizás en una empresa o unidad sobren trabajadores, pero en otra pueden faltar, incluso, la prerrogativa personal puede conducir a que muchos se decidan por quedarse con la alternativa del trabajo por cuenta propia, porque le puede resultar más beneficioso económicamente.
Otro asunto es que tampoco el país ni su perspectiva de desarrollo acusen estancamiento, porque algo que caracteriza a Cuba es que a pesar del bloqueo y las limitaciones de materias primas, tecnologias y piezas de repuesto, los planes inversionistas en distintos sectores no se detienen, por ejemplo, en el turismo, la ciencia, el transporte, la infraestructura, las construcciones y produccción de materiales para ella, las comunicaciones, la agricultur, la salud…
Y un ejemplo de que nada de lo nuevo que se hace en Cuba para perfeccionar su modelo económico social, es que los trabajadores no tienen que irse, como en muchos países de Europa, a la huelga, ni paralizar sectores, o desencadenar revueltas incendiarias y de confrontación con las fuerzas de orden interior, porque el gobierno es el pueblo mismo, y en eso no tenemos semejanza ni parecido con nadie.
Sencillamente se trata de que el de Cuba es un socialismo a la cubana, legítimamente criollo, facturado en el Siglo XX, y según los tiempos que corren y algunos ejemplos visibles, para hacer uno medianamente parecido tendrían que ocurrir cambios globales, que no se aprecian en el cercano horizonte del Siglo XXI.
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