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Política

LA GLOBALIZACIÓN ES DE ARMAS TOMAR

 

Por: Ulises Espinosa Núñez

ulisesen@enet.cu

 

La globalización es hoy un término un poco ambiguo, o es el término para definir el todo en la política y la economía, en el cauce para alimentar a los complejos militares industriales de las grandes potencias occidentales, donde ese vocablo recibe práctica y culto, para llegar a sus fines.

 

Últimamente, la globalización es la culpable de que la OTAN ande en aventuras fuera de Europa o del atlántico Norte, al parecer porque allá lejos ven amenazadas sus fronteras frías, lo mismo que Estados Unidos, que buscando posiciones estratégicas convoca a la coalición para que los acompañen en África o el Medio Oriente.

 

Ya no hablemos de la globalización tecnológica, porque esa es real, aunque su dominio es cuestión de poder, pero en asuntos de recursos estratégicos como el uranio, el oro, el litio, el agua, entre otros, forman parte del arsenal neocolonial que los poderosos manejan en sus estrategias al amparo de la ayuda humanitaria, lucha contra el terrorismo,  protección a los civiles, desastres naturales, violación de la democracia…

 

El pensamiento humanista avanzado y progresista de la Europa Ilustrada, se ha deformado de tal manera, que con grotesco rostro sus tropas élites acompañan a los rangers yanquis en  todos los fines malsanos que se ejecutan con la argucia de los términos y vocablos nobles: ayuda humanitaria, desastres naturales, seguridad nacional…

 

Cualquier foco de violencia interno en cualquier país, será ahora una razón para lanzar tropas en vez de observadores internacionales, pero tropas propias, ni siquiera las de la ONU, como en el pasado ocurría, para que no fuera a haber equívocos con el tiempo de retirada  y el color de los casos.

 

Al amparo de la globalización de la lucha contra el terrorismo, Estados Unidos lanzó una criminal guerra contra Irak con el pretexto, además, de que Saddan Hussein guardaba armas de exterminio en masa y por eso había que destruir a ese país y matarle más de un millón de ciudadanos civiles.

 

Detrás de los terroristas, también Estados Unidos se fue con las tropas de la OTAN a salvar a la nación de  los talibanes, cuando en realidad buscan las riquezas que guarda el subsuelo de el territorio centroasiático de Afganistán, muy pegadito a las fronteras rusas, lo que hace sobrar razones de sospecha sobre esa globalización, que es imperial, el cerco, además de las ganancias del opio y  el robo del capital inversionista de la reconstrucción

 

 Libia dio muestras de ser un objetivo vital para avanzar por el norte, y como Muammar al Gaddafi no era un hombre de colas entre las patas, como cualquier perro faldero, pues también había que destruir al país del agua y el petróleo subterráneos, y le salio bien la jugada, porque sus potenciales adversarios en el Consejo de Seguridad se escondieron tras la puerta,  para no ver nada, como pudo ocurrir con Siria si aquellos no hubieran cambiado de postura.

 

El mismo derrotero en Malí, que ya no podrá ser Irán, porque los de la globalización no son bobos y saben donde no pueden comer jamón, porque los persas ya sacaron lo que tenían que sacar para disuadir a los guerreristas próximos, a los judíos y yanquis que han pretendido dar zarpazo, pero se han llamado a la reflexión o a la cordura.

 

Quizás por esas mismas razones contrarias, América Latina no es un territorio de impunidad hegemónica para la reconquista, y como Irán, ha mostrado músculos y hierros, para que no haya equívocos con la vocación de paz y la mansedumbre, porque a fin de cuenta, si la globalización neocolonial guerrerista es de armas tomar, en Suramérica se tomarán las armas.                  

Si Obama sumara la ONU con la Florida

Por Ulises Espinosa Núñez

 

Para desengaño de decenas de millones de excluidos, agrupados en un 99 por ciento frente a Wolt Stret, tal vez Barack Obama necesite de la ayuda de un poco de pistoleros del oeste, para poder imponer su palabra empeñada en sus discursos preelectorales de 2004, y ahora en 2012.

 

Al decir de los comentaristas, contra todo pronóstico, el presidente afro norteamericano fue la segunda tormenta que azotó a Estados Unidos entre fines de octubre y el martes 6 de noviembre, cuando desbarató encuestas, vaticinios a boca de urnas, y sobre todo, las apuestas tendenciosas parcializadas de empate técnico entre el aspirante demócrata y el desorientado republicano Mitt Romney. Por más que se busquen las explicaciones, los analistas de marras, nunca encontrarán la lógica de sus miras estrechas, si Obama sosegadamente desbancó las apuestas republicanas de que el rico blanco triunfaría allí donde votarían los electores pendulares.

 

 Si los vituperantes no encuentran las causas, yo sí creo tener la certeza: en el criterio norteamericano de la democracia, ahora es que ese país parece empezar a democratizarse si por ello entendemos el voto de la mayoría , si nos atenemos a que el ratificado presidente dejó tras de sí a Mitt por 103 votos de distancia.

 

Por allá tan lejos se quedó Romney después que todos los estados dudosos cayeron en la jaba de Obama, y para desconcertar más a los observadores mediáticos y a los partidarios de las altas esferas republicanas, tres días después de los demócratas estar celebrando victoria, se anunciaba que Florida caía también en manos del presidente.

 

Este partió al medio la naranja de la Florida, bastión de los conservadores hasta los días fraudulentos de Busch, pasado a la izquierda frente a lo que nada bueno ofrecen; decía tener la certeza de la causa del porqué Barack triunfó contra todo análisis, y por ello agrego más: Los norteamericanos de abajo e inmigrantes, en particular los afroamericanos, los desposeídos, los que pierden sus casas porque no pueden pagar la renta, los soldados que regresan desequilibrados por tanta barbarie vista y cometida donde desembarcan, los que se quedan sin empleos, los que a medias encuentran donde ganarse la vida, quienes no tienen acceso a la salud, la educación y la igualdad, se han cansado del espíritu reaccionario de sus políticos.

 

No quieren más guerras, pero sí más reinversión del fisco en sus asuntos internos para abrigar a los desamparados; y aunque Barack Obama no es la estrella deslumbrante, sí destaca por un discurso mesurado, racionalmente norteamericano según sus tradiciones, y por eso a los que creyeron ahora como en las anteriores elecciones presidenciales, los halcones ya no pueden contar con las ovejas de las campañas presidenciales anteriores, en lo cual parece anunciarse un siglo XXI diferente para los norteamericanos.

 

También Obama tendría que hacer un enroque táctico y mover las fichas electoreras hacia otro lugar, poner en el centro del tablero político a los ciudadanos y buscar con audacia y creatividad la sonrisa que los mandatarios yanquis le están debiendo todavía a su pueblo, y de paso, tal vez, sumar los 188 votos de la ONU contra el bloqueo a Cuba a los más de 4 millones 235 mil que obtuvo para su reelección en la Florida, a ver si puede hacer algo por los latinos que apuntalaron sus aspiraciones el 6 de noviembre.

Ojalá

Ojalá

Por Ulises Espinosa Núñez

ulisesen@enet.cu

A pesar del desconcierto que me causan los periódicos resultados electorales en la Europa de la OTAN, siento una satisfacción enorme por el triunfo de la izquierda francesa, la que haciendo honor a su paradigmática historia, retoma nuevamente el camino de la dignidad.

Se recuerda ahora que tras el ascenso de Francois Mitterrand,  a la presidencia, y después de alejarse de la magistratura y de la escena política internacional, nadie más del Partido Socialista en los últimos 17 años había llegado a asiento tan alto como este al que  accede Francois Hollande, precisamente en contienda frente a Nicolás Zarcozy, un político de rancia derecha.

Zarcozy, fue un presidente que unió a Francia a las peores causas de este mundo, como las guerras contra el terrorismo, que lidera Estados Unidos, y que en política y economía no es más que otro reparto del mundo mesoriental; también lideró la xenofobia, y proyectó políticas antipopulares para los trabajadores y desvalidos de los 27 países de la Unión Europea.

Afortunadamente, parece que los hombres, mujeres y jóvenes de la Marsellesa, no se marearon en la jornada anterior al sufragio, cuando reflexionaron  y determinaron que no había porqué regalarle un desmerecido segundo mandato al prepotente hombre que encabezó en  el viejo continente la primera cruzada contra los gitanos.

Si bien Hollande no tendrá muchos aliados oficiales para realizar su política nacional y continental, al menos sí lo respaldarán las masas europeas, en particular los trabajadores, los jóvenes desempleados y desprotegidos, los inmigrantes, las mujeres y los asistenciados de Francia y todo ese convulso continente.

El regreso a la esperanza, o el rescate de ella, es lo que ha ocurrido en el país de la Bastilla, y con  el acontecimiento llegó el espaldarazo el a Hollande, que ahora se verá enfrentado a la política guerrerista de Barack Obama, quien  involucró al galo presidente anterior en la conquista de Libia, del cerco a Siria y las amenazas a Irán, y el bloqueo a Cuba, con la servil posición común que Estados Unidos impuso a los gobiernos de Europa.

Igual sucederá con Ángela Merkel, quien con Zarcozy como aliado de extrema derecha aplica una política de austeridad que afecta a muchos millones, entre ellos los que pierden sus empleos, la protección en la salud, las viviendas, el encarecimiento de los alimentos, los subsidios, además de haber hecho una pésima política exterior de sometimiento a la globalización unipolar de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Alemania y otros países que como mosqueteros son guardianes de los intereses yanquis en el mundo.

Vengan el cambio y la ruptura, si se quiere credibilidad para Hollande, que parece llegar por el camino de Mitterrand.

ESTADOS UNIDOS, UN PAÍS ENFERMO

ESTADOS UNIDOS, UN PAÍS ENFERMO

Por Ulises Espinosa Núñez
ulisesen@enet.cu

 Estados Unidos es un país enfermo, no tengo la menor duda, luego de ver cómo las más altas figuras del país en lo político, judicial, diplomático, económico y militar desdeñan todos los valores nacionales, por tal de conseguir sus objetivos estratégicos y gobernar por encima de todo criterio nacional de concordia con la Comunidad Internacional.

Hace décadas se perdieron en ese país lo altos valores que inscribió su ponderada Constitución, en el concierto de las naciones, porque  con  ellos no se puede dominar al mundo para acceder a los grandes recursos y materias primas que necesitan.

Se impusieron otros criterios que nacieron en los centros de poder del Complejo Militar Industrial, después de vencer en las luchas por la independencia de las 13 colonias y fiebre de conquista hacia el sur mexicano, y después en  otras regiones, todo simbolizado ahora en su bandera de estrellas y barras.

Se trata de una situación del cuadro enfermizo con que llegó al mundo esa Nación, en estado febril por el oro, la conquista de territorios y pasión por las armas, tal como vive hoy esa sociedad con 300 millones de pistolas, fusiles y revólveres en las manos civiles de  los norteamericanos.

Las armas y la guerra por intereses es un rasgo distintivo de la clase gobernante, alejada por supuesto de los valores de ese pueblo enajenado por la desinformación, al punto de que llega a aprobar invasiones, agresiones y ocupación de países, como ocurrió una vez cuando hicieron explotar el buque El Maine y décadas después La Coubre, y no hace mucho Irak, Afganistán, Libia.

Estados Unidos es un país enfermo moralmente porque no reconoce el concepto de soberanía e independencia, y a sus ciudadanos les importa un comino si en aras de la política y de los intereses se viola la Constitución, aplican la pena de muerte a un inocente o encarcelan a un menor.

Ese país no protege a los niños ni a los adultos en asuntos de salud y educación, mucho menos si son negros, latinos a asiáticos, y a sus líderes no les importa los cambios climáticos puedan sepultar a los propios norteamericanos, como mañana pudiera ocurrir en Nueva York o Manhattan.

El criterio de justicia, equidad,  son términos desconocidos en el lenguaje político y social de los norteamericanos, por estar enfermos y solo importarle su propia existencia y el criterio propio de democracia que gustan imponer a otros.

 

Libia: el polígono internacional

Libia: el polígono internacional

Por Ulises Espinosa Núñez

ulisesen@enet.cu

 

Para mí resulta bochornoso que la humanidad entera se muestre hoy como pasiva espectadora del crimen de lesa humanidad que la OTAN como brazo armado de la culta Europa y Estados Unidos, destruyen impunemente a la Nación libia,sencillamernte porque le ha venido en gana sacar de la jefatura política al corpn el MNuammuar al Gaddafi, quien parece se ha negado a servir de peon y vasayo del imperio.

 

Lo más inmoral no es que esto esté ocurriendo a la vista de todos, sino que ha ocurrido con la complacidad de muchos dado que casi está por sentado que nadie se le opondrá en erl Norte a esta cruzada, pues tanto el secretario general de la ONU Bam Ki Mon, como su Consejo de Seguridad, aprobaron una Resolución a la cual Estados Unidos y Europa le dan doble lectura.

 

Más allá de ese contexto, la Unidad Africana hace tibios intentos de lograr un acuerdo de cese el fuego entre los traidores secesionistas y las fuerzas leales a Gaddafi, cuando aquellas, envalentonadas por los bombardeos de los aliados, el dinero que reciben y la determinación de los líderes agresores de seguir destruyendo al país norafricano, ponen la adsurda condición de que el presidente libio se marche, para siolenciar las armas.  

 

Previo al inicio de este abuso, la poco seria posición de otras dos potencias, Rusia y China, dejaron las manos libres a los agresores buscadores de oro negro y otros minerales, y nada han hecho por bloquear esta villanía, que también apunta a ellos, porque son considerados enemigos políticos y estratégicos, en distintas esferas de la esfera política contenporánea.

 

Evidentemente tampoco hay unidad estratégica en el Movimiento de Países No alineados, según se deduce de su poco enérgica declaración final condenando estos hechos, que parece serán ahgorita bastante cotidianos, ya que Estados Unidos consumó a la OTAN compo su gerndarme de avanzadilla en cualquier región extrafronteras, pues sus botas ya pisan tierra de Asia y Africa.

 

¿Y América Latina? Las posiciones más verticales se hicieron de este lado del mundo, con Hugo Cháves al frente, seguido de otros mandatarios regionales, sin lograr lo que se pedía, de verificar en terreno libio los argumentos, por supuesto falsos, de que Gaddafi estaba masacrando al pueblo, derecho que Estados Unidos y Europa reclamaron para sí, y ya lo hacen: salvar a los civiles tirándoles bombas.

 

Y lo están haciendo como si estuvieran en un polígono de prueba a su moderno armamento, a sus aviones con y sin pilotos, cohetes teledirigidos y hasta una bomba Francia probó que destruye por impacto y no con explosión, lo que

hace al artefacto y la intención más plausibles, humana y parece que generosa, según la ideología de los agresores.        

La OTAN bajo la sombrilla de la ONU

La OTAN bajo la sombrilla de la ONU

Por Ulises Espinosa Núñez

 ulisesen@enet.cu

 

Tibias protestas de unos y otros, los No Alineados carentes de una enérgica posición, la complicidad criminal de sus hermanos de sangre musulmana, los nacionales de Libia divididos por unos traidores que piden a gritos la continuidad y la intensificación de los bombardeos y la matanza de civiles y la invasión bárbara, de manera impune, hacen del conflicto libio un hecho abominable.

 

Ya es imperdonable que los opositores al gobierno de Muamuar al Gaddfi, imposilitados de ganar con sus propias armas la apuesta violenta que impusieron a su pueblo pidan la invasión conquistadora de potencias extranjeras, para que le entreguen las riendas mercenarias del poder, para luego gratificarlos con los grandes y ricos yacimientos de petróleo y reservas subterráneas de agua que tiene el país.

 

Grandes acontecimientos están ocurriendo en el norte de África, uno de ellos es que la OTAN ya no existe solamente para proteger la integridad de Europa, invade asia y África, el otro, que esta fuerza acaba de extrenarse como peón guerrerista de Estados Unidos, cuyos tanques pensantes saben que con esa variante estratégica, el gobierno yanqui alcanza objetivos económicos y políticos visionados.

 

Si, porque la velada participación que tiene Norteamérica en la agresión a Libia, para no compromeer el de Nobel de la Paz a Barack Obama, obtiene elevadas ganancias con bajos costos, pues sus soldados no corren el peligro de caer en tierra ajena, los gastos del presupuesto de guerra es protegido y descarta críticas populares, aunque haya convencido a los contribuyentes de los supuestos crímenes de Gaddafi.

 

La seguridad internacional ya no es cierta, sobre todo porque las grandes potencias de occidentes logran de manera inaudita, imponer su voluntad con la argucia de salvar vidas civiles, ante la pasividad de Rusia y China, que no oponen resistencia formal, sabiendo sus líderes de que se trata de guerras de conquistas, en este otro reparto del mundo.

 

Ya no habrá gobiernos populares seguros que estorben a la hegemonía imperialista, debido a que los argumentos occidentales en el Consejo de Seguridad se impondrán a pesar de que las bombas, los cohetes y el uranio empobrecido causarán calamidades a los pueblos.

 

Cualquier revuelta popular en esos países sería la carta a jugar, por eso estos acontecimientos además de lamentables, constituyen una alerta para las naciones y gobiernos independientes contestarios, que se niegan a someterse como lo han hecho Muammuar al Gaddafi y otros muchos. La relidad lo dice.

 

Los equívocos del Este

Los equívocos del Este

Cuando con grandes reservas financieras y tecnológicas los tanques pensantes, los ideólogos y estrategas y el centro de las piezas de los centros de poder occidentales, le daban el jaque mate a la Unión Soviética y a Europa del Este, muchos de los opositores, revanchistas y oportunistas pensaron llegado su gran momento para sepultar en sus países hasta los símbolos patrios.

 

Pero más que todo, creyeron poder demostrar que tras el derribo del Muro de Berlín, las vidrieras y las argucias de la propaganda occidental se harían realidad en unas sociedades donde el Estado era para sí, que el hombre estaba primero en su objetivo del todo en su bienestar total, más todo fue diferente y la Voz de Estados Unidos de América, Radio Europa Libre y La BBC de Londres, no han podido demostrar la verdad de sus discurso subversivos.

 

De los cambios pudieran hablar ahora los ancianos que mueren congelados en las calles de Polonia, de la República Cheka, de Bulgaria o de cualesquiera de las desmembradas naciones que rompieron con la histórica unidad de la Federación Yugoslava.

 

Eso ha sido lo más reciente, según los cables de la corriente, pero desde los primeros días del derrumbe esteuropeo y la desintegración soviética, aquellos pueblos que habían vivido décadas de bonaza económica, social y son ahora peones la mayoría de la política contra la izquiera, ya perdida la respetada dignidad nacional con vivieron.

 

Lo más vengozozo de todo es que los ciudadanos, en la mayoría de los países ex socialistas, quedaron en el desamparo oficial, porque como llegó el capitalismo sustituyendo al socialismo, ahora habían quedado en el olvidado las políticas de las gratuidades, la seguridad social y el derecho a disfrutar todo lo material y espíritual que los ciudadanos recibieron del socialismo.

 

Dos consecuencias bochonozas, condujeron a los cambios dramáticos ocurridos: en primer lugar el cambio brutal de sistema condujo al servil sometim ienbto a occidente, a las políticas subción de la Unión Europea, el reclutamiento de la OTAN y a la hegemonía imperialista norteamericana, que ha orientado a esos países ahora lacayos a un cerco alrededor de las fronteras de Rusia.

 

Y como consecuencia final, un neoliberalismo que condujo a la privatización hasta de las almas, el desempleo generalizado, la caída de sus econías y de los ingresos por las exportaciones y, en fin, la concreción de un estado de vida nacional al estilo del Tercer Mundo, después de haber desertado del socialismo, que llegó después que se secó la sangre que allí hizo derramar el fascismo hitleriano.

 

A esta altura de los acontecimientos

A esta altura de los acontecimientos

A esta altura de los acontecimientos en el Medio Oriente, según los comentaristas internacionales y especialistas en esa región norafricana, todavía no ha habido un pronunciamiento masivo que fije una posición nacional antiimperialista, antinorteamericana o antisraelí, no se sabe si es porque no asocian al poderoso enemigo yanqui con las causas de abandono social por las cuales protestan.

 

Se conoce que en el mundo árabe hay un raigal sentimiento antiimperialista y antisionista, por la nefasta consecuencia de discriminación racial y religiosa que ambas potencias han impuesto a los gobiernos lacayos que, además de someter a la voluntad imperial sus riquezas petroleras, han aplicado políticas neoliberales que tienen a los musulmanes en estado de guerra y desordenes civiles en varios países.

 

Las experiencias en torno a los acontecimientos en la región puede que no hayan hecho recordar a los sublevados la tragedia de Irak y Afganistán, donde por causas no probadas, se desató una guerra de agresión escalonada causante ya de más de millón y medio de muertos, además de heridos, mutilados y la destrucción en las infraestructuras de esas naciones.

 

Pero hay algo más, y es que el vecino Paquistán, sin deberla, es hoy víctima de bombardeos selectivos teledirigidos desde aviones drones, provocadores de cientos de muertos, con la justificación de que allí se refugian los talibanes, sin que el gobierno local alce su voz para protestar por la violación de su espacio aéreo y soberanía.

 

Otra justificación de Obama es que en Paquistán se refugian también los miembros de la Legión Al Qaeda, los terroristas a los cuales se asocian ahora en el Este de Libia, para combatir al gobernante Muamuar el Gaddafi, como evidencia de que para los conservadores norteamericanos los terroristas lo son según se comporten respecto a sus intereses.

 

Los árabes conocen la política norteamericana hacia la región y la criminal tolerancia que hacen hacia la fascista prepotencia y expansionista del Israel antipalestino y antiislamista, a los cuales les persigue, asesina, ataca con sofisticado armamento y arrebata territorios, frente los brazos cruzados de los gobiernos de la región, como ahora ocurre ante las agresiones aéreas a Libia.

 

Saben por tanto los libios, argelinos, yemenitas, tunecinos, kataríes, omaníes y bareianos, que cualquier desorden político o social que ponga en riesgo los intereses petroleros de occidente, le sugeriría a las potencias, con la complicidad de muchos, hasta de la ONU y la Unión Europea, desatar una agresión contra el más oscuro rincón, que en este caso es Libia, porque allí Gaddafi, el más rebelde y contestario de los líderes del Medio Oriente, además del presidente Iraní, no se doblegará.

 

Siendo así, habría que ver cual es la dirección política de los sublevados, si conquistar un nuevo país democrático y equitativo, sin exclusión, desde una óptica nacionalista y patriótica, o pedir, como hace ya el Consejo de Salvación Nacional libio, que pidió a las potencia de la OTAN bombardee posiciones del gobierno de Gaddafi, lo que sería en definitiva darle la mano a las apetencias imperialistas y declararse pro yanqui el movimiento secesionista.

 

De todas maneras, desde América Latina, los países del ALBA se pronuncian por la NO intervención, para demostrar las verdades oficiales libias y las mentiras de las potencias occidentales, que se preocupaban por los muertos de Libia, y no de los que en otras partes del mundo son enterrados y desaparecidos por las bombas norteamericanas.