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La OTAN bajo la sombrilla de la ONU

La OTAN bajo la sombrilla de la ONU

Por Ulises Espinosa Núñez

 ulisesen@enet.cu

 

Tibias protestas de unos y otros, los No Alineados carentes de una enérgica posición, la complicidad criminal de sus hermanos de sangre musulmana, los nacionales de Libia divididos por unos traidores que piden a gritos la continuidad y la intensificación de los bombardeos y la matanza de civiles y la invasión bárbara, de manera impune, hacen del conflicto libio un hecho abominable.

 

Ya es imperdonable que los opositores al gobierno de Muamuar al Gaddfi, imposilitados de ganar con sus propias armas la apuesta violenta que impusieron a su pueblo pidan la invasión conquistadora de potencias extranjeras, para que le entreguen las riendas mercenarias del poder, para luego gratificarlos con los grandes y ricos yacimientos de petróleo y reservas subterráneas de agua que tiene el país.

 

Grandes acontecimientos están ocurriendo en el norte de África, uno de ellos es que la OTAN ya no existe solamente para proteger la integridad de Europa, invade asia y África, el otro, que esta fuerza acaba de extrenarse como peón guerrerista de Estados Unidos, cuyos tanques pensantes saben que con esa variante estratégica, el gobierno yanqui alcanza objetivos económicos y políticos visionados.

 

Si, porque la velada participación que tiene Norteamérica en la agresión a Libia, para no compromeer el de Nobel de la Paz a Barack Obama, obtiene elevadas ganancias con bajos costos, pues sus soldados no corren el peligro de caer en tierra ajena, los gastos del presupuesto de guerra es protegido y descarta críticas populares, aunque haya convencido a los contribuyentes de los supuestos crímenes de Gaddafi.

 

La seguridad internacional ya no es cierta, sobre todo porque las grandes potencias de occidentes logran de manera inaudita, imponer su voluntad con la argucia de salvar vidas civiles, ante la pasividad de Rusia y China, que no oponen resistencia formal, sabiendo sus líderes de que se trata de guerras de conquistas, en este otro reparto del mundo.

 

Ya no habrá gobiernos populares seguros que estorben a la hegemonía imperialista, debido a que los argumentos occidentales en el Consejo de Seguridad se impondrán a pesar de que las bombas, los cohetes y el uranio empobrecido causarán calamidades a los pueblos.

 

Cualquier revuelta popular en esos países sería la carta a jugar, por eso estos acontecimientos además de lamentables, constituyen una alerta para las naciones y gobiernos independientes contestarios, que se niegan a someterse como lo han hecho Muammuar al Gaddafi y otros muchos. La relidad lo dice.

 

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