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Sabanilla

Los equívocos del Este

Los equívocos del Este

Cuando con grandes reservas financieras y tecnológicas los tanques pensantes, los ideólogos y estrategas y el centro de las piezas de los centros de poder occidentales, le daban el jaque mate a la Unión Soviética y a Europa del Este, muchos de los opositores, revanchistas y oportunistas pensaron llegado su gran momento para sepultar en sus países hasta los símbolos patrios.

 

Pero más que todo, creyeron poder demostrar que tras el derribo del Muro de Berlín, las vidrieras y las argucias de la propaganda occidental se harían realidad en unas sociedades donde el Estado era para sí, que el hombre estaba primero en su objetivo del todo en su bienestar total, más todo fue diferente y la Voz de Estados Unidos de América, Radio Europa Libre y La BBC de Londres, no han podido demostrar la verdad de sus discurso subversivos.

 

De los cambios pudieran hablar ahora los ancianos que mueren congelados en las calles de Polonia, de la República Cheka, de Bulgaria o de cualesquiera de las desmembradas naciones que rompieron con la histórica unidad de la Federación Yugoslava.

 

Eso ha sido lo más reciente, según los cables de la corriente, pero desde los primeros días del derrumbe esteuropeo y la desintegración soviética, aquellos pueblos que habían vivido décadas de bonaza económica, social y son ahora peones la mayoría de la política contra la izquiera, ya perdida la respetada dignidad nacional con vivieron.

 

Lo más vengozozo de todo es que los ciudadanos, en la mayoría de los países ex socialistas, quedaron en el desamparo oficial, porque como llegó el capitalismo sustituyendo al socialismo, ahora habían quedado en el olvidado las políticas de las gratuidades, la seguridad social y el derecho a disfrutar todo lo material y espíritual que los ciudadanos recibieron del socialismo.

 

Dos consecuencias bochonozas, condujeron a los cambios dramáticos ocurridos: en primer lugar el cambio brutal de sistema condujo al servil sometim ienbto a occidente, a las políticas subción de la Unión Europea, el reclutamiento de la OTAN y a la hegemonía imperialista norteamericana, que ha orientado a esos países ahora lacayos a un cerco alrededor de las fronteras de Rusia.

 

Y como consecuencia final, un neoliberalismo que condujo a la privatización hasta de las almas, el desempleo generalizado, la caída de sus econías y de los ingresos por las exportaciones y, en fin, la concreción de un estado de vida nacional al estilo del Tercer Mundo, después de haber desertado del socialismo, que llegó después que se secó la sangre que allí hizo derramar el fascismo hitleriano.

 

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