Cuba, el demonio global
Por Ulises Espinosa Núñez
Todo lo malo viene, inexorablemente para arriba de Cuba, si de discursos ultra reaccionarios norteamericanos, o preparación de alguna vendetta se trata, en la que pueden estar involucradas algunas figuras prominentes de la Cosa Nostra de Miami, o algunos lacayos europeos naturales, quienes perdieron el orgullo del continente ilustrado que conquistó el mundo con metralla, sables y baratijas y la cruz del Todopoderoso.
Pero llama mucho la atención que en las miradas del mundo hacia esta Isla, están encontradas en torbellino los que la admiran por su luz, y los que la demonizan por ser la Nación constataria con la verdad en sus palabra y hechos ante los pueblos del mundo.
Cuba no está entre los países ricos o pobres que preconizan su ideología o sistema político a punta de bayonetas o con invasiones pretendiendo dar ayuda humanitaria, como por ejemplo
cuando la Unión Europea se une para atacarla, falsear informaciones sobre ella o negar sus éxitos, desde un orgía que tiene su tribuna continental en Madrid.
Las fuerzas armadas de Occidente en las agresiones a Irak, Afganistán, amenazan a Irán, toleran paternalmente el genocidio israelí; la Europa Unida tuteló a Hosni Mubarak hasta que se hizo inmensamente rico con más de 70 mil millones de dólares sustraídos al erario público, amamantaron a numerosas dictaduras en América Latina, África y Asia y combatieron a todos los gobiernos que imprimieron en sus políticas y programas izquierdistas.
En El pasado reciente protegieron con dinero, armas, créditos y asesores a dictaduras como las de Fulgencio Batista, en Cuba; los Duvalier, en Haití; Anastasio Somoza, en Nicaragua; Alfredo Estroernez, en Uruguay; Leónidas Trujillo, en República Dominicana, y así en muchos otros en Argentina, Paraguay, El Salvador, Honduras…
Pero lo que pasa con Cuba es de otra índole y estoy convencido de que como esas fuerza no pueden doblegarla, intentan escándalos, difamaciones, falacias y todo dentro de una campaña mediática, que está calzada por las decenas de millones de dólares que el gobierno de los Estados Unidos dispone de su presupuesto, para pagar prensa y mercenarios de aquí y de allá, tratando de sentarla en el banquillo de los reos.
Y de qué se trata el asunto: pues de que Cuba sí ha podido demostrar su política de bienestar social con una economía que no asimiló la fiesta del neoliberalismo fracasado, debido al cual hay ahora una unitaria e integracionista avalancha revolucionaria, que mira con desdén al capitalismo apátrida que se instala con gobiernos cuyo programas refrendan, con Asambleas Constituyentes, sus más inmediatas prioridades populares.
El problema es que Cuba sí puede demostrar que un mundo mejor es posible, por eso, si a ellos les interesa quitarle su petróleo a Venezuela y a Chávez el liderazgo político continental, a Cuba necesitan matarla con su Revolución, porque es la máxima interpretación de las conquistas plenas del hombre en lo social, económico, político y moral; de ella no necesitan sus pobres riquezas, sino asesinar su ejemplo, porque es el demonio global.
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