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Sabanilla

Sin otra alternativa que seguir nuestro camino

Sin otra alternativa que seguir nuestro camino

Sin otra alternativa que seguir nuestro camino

ulisesen@enet.cu

 

Cuba no está en una encrucijada en su momento actual de rectificar esquemas y modelos con los cuales hemos hecho una economía socialista a nuestro modo, tal vez no eficientes, pero ideal hasta ahora para hacer una revolución social que se colmó de un paternalismo generoso, al final del cual la cuenta no daba para seguir siendo el sistema más bondadoso hasta que fue pernicioso en la educación económica de las masas.

 

Los cubanos nos acostumbramos a mirar siempre para la ayuda estatal, fuera justificada o no, incluso si teniendo familiares para el apoyo preferíamos ir a las oficinas de la Seguridad y la Asistencia Sociales, y fue así como muchos padres se desentendieron de los hijos que dejaron abandonados, o hijos a padres, y entonces era el gobierno quien tenía que resolver las necesidades de alimento, abrigo y cobija a los desamparados.

 

Así ocurrió con los que nunca quisieron trabajar con el Estado, y cuando ya las fuerzas, las enfermedades, los años o la incapacidad física, no le permitieron más su vida informal, las puertas del Estado estaban abiertas para la chequera y la pensión a la que se creyeron con derecho, porque la Revolución se había hecho para dar esa asistencia, pero y los deberes de ese individuo, lo recordó algunas vez?

 

Por otro lado, los agricultores, pudiendo asegurar sus cultivos para temporadas climáticas o enfermedades no lo hacía por considerar que era un gasto innecesario o pérdida, y luego cuando los desastres venían y destruían las plantaciones, el Estado ayudaba financieramente a subsidiar las pérdidas, haciéndose cargo de daños y perjuicios, o subsidiaba las pérdidas, que era como bonificar la negligencia y la ineptitud de algunos directivos.

 

Se acabaron los subsidios, cada empresario se hará responsable de la suerte económica de la empresa que dirija y pagará por lo malo que vaya en su desempeño, porque a fin de cuenta quienes asumen cargos empresariales es para velar por los intereses del país, y si lo hace mal pues por ello debe pagar, de manera que deben acabarse los ascensos para vivir de ellos y no por el bien común.

 

Hubo momentos en que de los almacenes mayoristas de Comercio desaparecían grandes cantidades de productos, o cuentas por pagar fuera de fecha cifradas en millones de pesos, y generosamente los gobiernos provinciales ajustaban aquellas cifras y, aquí no ha pasado nada, sin embargo, estoy seguro que los millones por aquellas mercancías perdidas o cuentas no pagadas, fueron a parar a algunos bolsillos.

 

Nuestro socialismo ya no puede ser más de esa manera tan ingenua, tratado de manera tan desconsiderada y malsana, y lo mismo que habrá que rectificar, y lo haremos seria y responsablemente, de esa manera los que causen daño a la economía o traten de distorsionar el camino por el que andamos, tendrá que pagar, porque es mucho lo que de la rectificación esperamos.

 

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