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Sabanilla

Los 80 de Fela Núñez

Los 80 de Fela Núñez

Por Ulises Espinosa Núñez

ulisesen@enet.cu

Fotos de Geovanny Sierra Torres 

 

Nuestra madre cumplió este domingo 24 de octubre sus 80 años, con una fortaleza espiritual formidable, la salud sin dolencia alguna, aunque con el carácter respetable con el que crió a sus ocho hijos, desde los días de penurias y luto por el asesinato del marido, Aquiles Espinosa, en las Pascuas Sangrientas de 1956, a manos de sicarios de la dictadura de Fulgencio Batista, hasta ahora, cuando mira feliz a su alrededor y cuenta los que de ella venimos.

 

Junto a ella estuvimos hijos, nietos y bisnietos, octagenarias como ella del vecindario al que llegó hace 52 años, un mes y ocho días después del triunfo de la Revolución, en 1959, y algunos hermanos y muchos amigos que llegaron a felicitarla, porque Fela Núñez, como le dicen los que la quieren, es realmente muy popular en el reparto Santo Domingo donde vive, porque su rectitud se desdobla en una eterna risa que regala a todos, porque parece que gusta de eso; ¡ Ah!, pero se hace respetar.

 

No quiso, en un principio, que hubiera fiesta, pues no le gustan los temas que al final de las tantas fiestas que hacemos en El Patio de Mariluz, su segunda hija en edad, termina en discusiones en las cuales ni sangre ni lágrimas llegan al río, cosa de familia, pero que ella destesta eso; alguien dijo: " hoy aquí no manda Fela", sino sus hijos, que van a festejar su natalicio a su manera, y así fue: primero fueron algunos tragos bastante discretos, lejos de sus ojos acusadores y según la casa se fue llenando de invitados, se generalizó la alegría.

 

Esta vez, a diferencia, de otras veces, no hubo lechón asado, y dos tuvimos que conformar con su decisión de una celebración modesta, aunque hubo comida para todos con fricasé de pavo, pizza familiar, kake, refrescos (gaseosa), pasteles y otros apérititivos, y la cerveza de la cual gusta mucho, aunque vevió algunos tragos de ron, sin embargo no bailó porque prefirió disfrutar del familión que reunió este día junto a ella.

 

Fue su decisión hacerse una foto con sus vecinas contemporáneas Yolanda, Ercilia, Loly, Mirtha y Concha, con los nietos y bisnietos, los hijos y en fin, las gráficas necesarias para dejar constancia del homenaje a una madre que con apenas 25 años quedó viuda con cinco hijos nacidos y encinta con un par de mellizos, que sobrevivieron gracias a ala ayuda del Ejército Rebelde y al Movimiento 26 de Julio.

 

La celebración comenzó temprano en la mañama y según algunos potenciales líderes se fueron incorporando, el festejo iba creciendo, hasta que ya en la noche los rones en vasos pasaban de una mano a la otra y bailamos y en medioo de aquello, de manera relevante Ulisito, mi hijo, ofreció un recital de bailes, ya que estudia danza contemporánea y se graduará en febrero, y finalmernte disfrutamos de un recital de otro nieto de Fela, Willy el Cubano, un joven talento de Las Tunas, a quien como cantante esta provincia le queda chiquita; nada que a quien no quiere caldo, se le dan tres tazas.

 

Mi mamá fue la mujer que con aquel cuadro familiar, cual gallina con sus pollitos, no dio uno solo a criar por nadie, y vivió bajo el acoso de la dictadura, porque ella era la viuda del primer mártir de la Revolución en el municipio de Majibacoa, al que hoy pertenece el barrio rural de Sabanilla, y uno de los dos más peligrosos enemigos activos que tenía la dictadura en la provincia de Las Tunas. Luego, cuando el Ejército Rebelde llegó a la zona, ya pudimos vivir tranquilos y protegidos, hasta el triunfo.

 

Nos crió ella con mucho rigor, protegidos luego sí, por la Revolución, pero con su tutela y vigilancia personal, de manera que hoy nuestra madre vive orgullosa de los hijos que tuvo, hechos hombres y mujeres con la frente en alto, honrados, trabajadores, revolucionarios, custodiando ahora sus años, con una salud por la cual nunca estuvo ingresada en hospital alguno.

 

Esa es la madre que tenemos y de la cual vivimos orgullosos que acaba de cumplir sus 80 años, entre todos los gajos, ramas, frupos y retoños que venimos de su tronco y de Aquiles Espinosa, nuestro padre.

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