RESPUESTA A UNA RUSA (2)
Por Ulises Espinosa Núñez
Desde el mismo día del triunfo el primero de 1959 ya Cuba fue otra, pues con la fuga del dictador se irían todos aquellos que habían esquilmado a la Nación, el erario público, apropíado de las riquezas del país, los criminales oficiales y los esbirros. Asimismo, y como consecuencia de la interpretacióbn cabal de la obra de Lenin El Estado y la Revolución, fue destruída la maquinaria de poder de la burguesía. Los partidos políticos tradicionales se desmoronaron por sí mismos, lo habían gastado todo contra la Revolución a favor de Batista.
Asi, se creó el ejército y la policia del pueblo, con miembros que habían combatido en la Sierra, el llano y las ciudades al oprobioso régimen; se dictó la Ley de Reforma Agraria que le entregó la tierra a los campesinos, y en un programa a priori, ante la inmediata agresividad del gobierno de Estados Unidos contra la Revolución, se inició la nacionalización de todas las propiedades en manos del capital extranjero, y a muchos nacionales se les confiscaron los bienes malversados al país. Todas las riquezas quedaron en manos del Estado revolucionario.
Hace 50 años los cubanos estamos haciendo cambios de su sociedad, perfeccionando el sistema, democratizándolo cada vez más, particularmente desde que el país se institucionalizó con la Constitución Socialista de 1976, sentando sobre bases jurídicas el gobierno de los obreros y campesinos, con formas populares desde las circunscripciones hasta el Parlamento, y cada dos años y medio se celebran elecciones parciales de concejales y alcaldes, y al cabo de un lustro las generales para constituir las gobernaturas provinciales y elegir los diputados al parlamento, en ambos procesos mediante el voto secreto y popular.
Con la obra hecha hasta hoy es suficiente para convencernos de que ya la Isla nunca más podrá regresar a aquel pasado, y en cuanto a “cambios hacia la democracia”, es una frasecita alienada con el discurso recurrente del Gobierno de los Estados Unidos, de la mafia contrarrevolucionaria de Miami, ciudad nido de los desplazados del poder en 1959, y la actitud servil de la Unión Europea, que le hace el juego al imperio, contribuyendo ignominiosamente a la bendición del bloqueo criminal que hace medio siglo los yanquis imponen al pueblo cubano.
La socióloga rusa que me escribe parece no haber visto o sentido lo que le ocurrió a la Unión Soviética por haberse dejado arrebatar las conquistas socialistas, precisamente por acceder, para desgracia del mundo, a hacer tales cambios hacia la democracia, tras los cuales el pueblo perdió el poder, la extrordinaria influencia que ejercía su Estado en la historia contemporánea; mucho se escribe hoy en la prensa internacional de la más poderosa mafia rusa y los centros de poder del gran capital. Tal vez por eso Londres llama a que los rusos se instalen en ella, porque compran los más lujosos y costosos apartamentos. Cientos de miles de millones de dólares se fugan de la patria de Lenin, quizás porque los ancianos y la juventud y la niñez no lo necesiten.
Un cambio hacia la democracia al estilo del deseo yanqui sería suicidio de los cubanos, que con tal desagrabio a la reacción norteamericana y sus lacayos de Miami y de otras latitudes perderíamos la Patria, nos aplastarían de manera tal que ya nunca más podríamos levantar la espada, ni seriamos independientes ni libres como país y pueblo, seguro que una colonia sí, sabiendo hay solicitud de licencia de tres días para matar a los revolucionarios, comunistas o miembros de las organizaciones de masas como los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), el terror de la CIA y los mercenarios internos.
Tal locura sería sobre la base de una guerra que el imperialismo yanqui y sus tropas no podrían ganar, porque el de Cuba no es un ejército profesional, sino todo un pueblo uniformado, y subrayo esto porque la contrarrevolución cubana en la Florida le está rogando y exigiendo por sus respaldos fraudulentos a todo gobierno norteamericano que le entregue a Cuba libre, y no son capaces de venir ellos a reconquistarla; remember Playa Girón en 1961.
Diez administraciones norteamericanas no han podido ni se atreverán a tal aventura porque el costo que pagarían sería superior al que pagaron por su intervención oportunista en la Segunda Guerra Mundial, cuando esperaron hasta el último momento que los soviéticos se desangraran frente a la Alemania fascista. Pero mire usted, cambios hacia la democracia se los impusieron a la Europa Socialista, sin resistencia alguna, acá tendría que ser por la fuerza y frente a un pueblo entero dispuesto a morir haciendo resistencia. Acá si habrá tiros.
Esos cambios para Cuba también lo quieren los mercenarios que dentro del país son asalariados de la Oficina de Intereses de Estados unidos(SINA) en La Habana, a la que llegan millones de dólares del contribuyente para alimentarlos en sus afanes de ostentación, pero que como “líderes” de la oposición de cuatro gatos carecen de visibilidad y relevancia; no quitan el sueño.
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