Una historia criminal yanqui
Por Ulises Espinosa Núñez
Esta es una historia criminal ya ampliamente divulgada en el mundo, que cuenta con el protagonismo absoluto del gobierno de los Estados Unidos, cuya administración a través de su poder jurídico, ha descargado sobre cinco jóvenes cubanos su odio sobre la Revolución Cubana, y los tiene encarcelados por delitos no cometidos y mucho menos probados.
Empero, se trata de un proceso político pasado por agua jurídica, para guardar la forma, cargado de violaciones de toda índole de las que no escaparon numerosas enmiendas de la Constitución de la Unión, que presenva derechos que el Jurado de Miami no quiso mirar.
Los hechos tienen deshojados casi doce almanaques, en medio de un proceso legal politizado en las ciudades de Miami y Washington, donde se han defecado públicamente y sin sonrojo, sobre las leyes y la Carta Magna de ese país del norte, por tal de castigar a Ramón Labañino Salazar, Antonio Guerrero Rodríguez, René González Shewerert, Fernando González Llort y Gerardo Hernández Nordelo.
La cuestión es que los antillados se instalaron en Miami y lograron penetrar los grupos terroristas, que con dinero de los contribuyentes norteamericanos planificaban y realizaban acciones terroristas contra el pueblo y el Estado cubanos. Recibida la información dada por la parte de Cuba, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) en vez de colaborar, reaccionó deteniendo a los antiterroristas.
Se montó un circo político romano en que se pedía sangre, bajo la presión de la contrarrevolución anticubana de Miami, la cual comulgan muchos políticos republicanos y demócratas norteamericanos, quienes al conjuro de todo contra la Isla, a los Cinco Héroes como ya se les conoce, les han violado todos sus derechos legales, se obstruyeron las actividades de la defensa y se extremaron las sanciones.
A dos de ellos, René y Gerardo no se les ha permitido hasta hoy un encuentro con sus esposas Olga Salanueva, la del primero, y a Adriana Perez, del segundo, porque una y otra vez el Departamento de Estado les niega la visa para entrar a Estados Unidos, en viaje de visita a los cónyuges, lo cual constituye un escándolo internacional en materia de violación de derechos humanos, que todo el mundo respeta.
Después de muchas batallas y la Corte Supre de Justicia negarse a rebizar el caso, por recursos juridicos reconocidos en el Circuito de Apelaciones de Atlanta, a tres de ellos se les aplicó resentencia, que redujo en algo las sanciones iniciales, pero a Gerardo le ratifican dos cadenas perpetuas más quince años de prisión.
Ahora, el ensañamiento crece sobre este joven cubano, porque desde abril requiere tratamiento médico y se lo han negado, pero el 21 de julio lo castigan con su envío al "Hueco" en aislamiento total, sin ver el sol, ni la hora que vive, bajo una temperatura sobre los 35 grados Celcius; se dice que puede estar afectado por una bacteria y descompensado de la presión arterial.
El pasado 29 de julio, durante una de las sesiones del Quinto Período Ordinario de la Asamblea Nacional del Poder Popular, su presidente, Ricardo Alarcón de Quesada, hizo la denuncia de esta situación que el colegada Lino Luban Pérez, del Periódico Granma, reporta de esta maner.
Hay denunciadas probadas sobre que la parte estatal norteamericana pagó más de 74 mil dólares a varios periodistas para que hicieran su parte en la campaña que se armó, con el propósito de doblegar cualquier posición vertical en la imparcialidad de los señores jueces, lo que finalmente lograron.
Gloria la Riva, coordinadora del Comité Nacional para la Liberación de los Cino, señaló que el pago a los pepriodistas por parte del gobierno constituye "una violación de la ley que prohibe la propaganda doméstica".
Indicó que los pagos a periodistas de Miami los hicieron la Junta de Transmisiones a Cuba y la Junta de Gobernadores para las Transmisiones de Estados Unidos (BBG), por medio de Radio y TV Martí.
De la Riva citó pagos entre 1999 y el 2001 de 11 700 dólares a Ariel Remos del Diario de Las Américas; 58 500 al periodista Pablo Alfonso; 5 200 dólares a Enrique Encinosa, director de Radio Mambí; y 1 125 dólares a Helen Ferré, editora de la página de de opinión del Diario de Las Américas.
Mencionó el caso del reportrero Wilfredo Cano, del diario El Nuevo Herald, quien recibió 4 725 dólares entre el 30 de septiembre del 200 y el 3 de diciembre de 2001.
Lógicamente los Cinco Héroes cubanos antiterroristas resultaron perjudicados por la avalancha periodística anticubana que los mercenarios de la pluma desataron, a favor de la impunidad del terrorismo oficial norteamericano contra Cuba, porque USA lo paga.
Pero respecto Gerardo Hernández, ante la persistencia de los abusos sobresalientes en el castigo actual, los parlamentarios cubanos, aprobaron este domingo la siguiente declaración:
Desde el miércoles 21 de julio Gerardo Hernández Nordelo está, otra vez, en el "hueco". En esta ocasión en condiciones particularmente duras que atentan gravemente contra su salud y su integridad física.
Encerrado en una celda de castigo, un espacio mínimo que comparte con otro prisionero, carente de ventilación, soportando temperaturas superiores a los 35 grados centígrados y sin contacto con el mundo exterior.
En esta ocasión contra nuestro compatriota intervinieron oficiales del Buró Federal de Investigaciones (FBI) quienes dejaron claro que Gerardo está confinado por una decisión de esa Agencia.
A lo largo del prolongado proceso contra los Cinco las autoridades federales han empleado procedimientos semejantes para impedir su defensa y obstruir
la justicia. En vísperas de cada decisión importante nuestros compañeros fueron aislados en el "hueco" para hacer imposible toda comunicación con sus abogados defensores.
La historia se repite ahora cuando Gerardo ha presentado una demanda de habeas corpus, último recurso legal que le queda en el sistema norteamericano que lo condenó injustamente y le impuso la bárbara sentencia de dos cadenas perpetuas más 15 años de prisión.
Durante los 12 años transcurridos desde su arresto, las autoridades norteamericanas han prohibido que lo visite su esposa Adriana Pérez O´Connor.
Gerardo mantiene su indomable resistencia, su voluntad irreductible, su optimismo y convicción en la victoria. Es un jo0ven que acaba de cumplir 45 años de edad, pero 12 años de encierro en condiciones de extrema crueldad han comenzado a quebrantar su salud. Sufre varias dolencias que no son atentidas y causan profunda preocupación.
Desde abril Gerardo estuvo solicitando infructuosamente ser visto por un médico de la prisión. Esto no ocurrió hasta el martes 20 de julio cuandose le diagnosticaron dos problemas serios y se definió la necesidad de hacerle exámenes adicionales. Pero al día siguiente Gerardo no fue remitido al hospital, sino que fue encerrado en una brutal celda de castigo. Desde entonces no lo ve el médico, ni recibe tratamiento alguno.
Esta situación debe cesar inmediatamente.
Hacemos responsable al Gobierno de Estados Unidos por la salud y la integridad física de Gerardo Hernández Nordelo.
Alcemos nuestras voces, todas y todos, para salvar a Gerardo, un héroe admirable, un inocente que merece vivir en libertad.
Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba
La Habana, Agosto 1ro. De 2010
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