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Las dos nuevas provincias cubanas Artemisa y Mayabeque

Las dos nuevas provincias cubanas Artemisa y Mayabeque

Por Ulises Espinosa Núñez

ulisesen@enet.cu

 

Los amigos de Cuba, que nos conocen muy bien, y visitan a la Isla y observan a la sociedad cubana desde la perspectiva de las novedades en que vivimos integralmente, saben que la Revolución cubana está de pie, porque ha sabido arrigarse en los valores de la Nación, en los sentimientos de gratitud del pueblo, y esa voluntad resuelta de defender cuanto se ha conquistado en los últimos 57 años, desde el asalto mismo al Moncada el 26 de julio de 1953.

 

El cubano lo mismo vive con la grandeza y las escaseses del presente, como con la historia que se ha vivido por más de una centuria y sabe, para disgusto de sus enemigos políticos y de clase, que la sociedad cubana está cargada de valores impostergables, porque son como un símbolo de lo que somos, a la misma altura de nuestro Himno Nacional, de la Bandera, el Escudo, la Palma Real y la Mariposa como flor nacional.

 

Eso son para los cubanos de hoy, y también los de ayer, los héroes y mártires que cayeron luchando por la libertad y la independencia de este país, y de sus sueños de justicia social; siempre a cada obra nueva o acontecimiento le buscamos un sentido de valor íntimo en el que se inspiren nuestros niños, jóvenes, trabajadores y campesinos.

 

Por eso, a la hora de fundamentar la formación de las dos nuevas provincias occidentales, se argumentaron la historia, sus símbolos, las riquezas y las perspectivas de desarrollo, todo sobre la base de la identidad y la unidad consciente del pueblo.

 

Pero estas dos nuevas provincias demuestran la dinámica del socialismo cubano y niega el inmovilismo del que la acusan sus enemigos y críticos oportunistas, como si nuestro sistema no fuera fundamentado en la dialéctica marxista para proyectar su desarrollo y los cambios estratégicos que las experiencias aconsejan.

 

ARTEMISA

 

Quizás fue la planta aromática de hojas blancuzcas por el envés y flores en racimo con el centro armarillo, o tal vez Artemisa, la diosa cazadora, que dio nombre a ese suelo rojo. Canta el poeta Jesús Orta Ruiz, El Indio Nabori, que el arco de esa deidad salieron flechas de coraje y sonrisa, a clavarse en la noche para traer la aurora.

 

Fue cuando esa tierra aportó la mayor cantidad de combatientes a la gesta del Moncada, y eso solo motivo bastaría para elegir el nombre de la nueva provincia, porque de historia se hacen los pueblos. Tanto es así que el día del aniversario 57 de la salida hacia el cuartel Moncada, Fidel Castro regreso a rendir tributo a aquellos 28 héroes.

 

De todo modos, la capital que nacerá el próximo año traerá también notables ventajas a los habitantes de sus 11 municipios: la ubicación privilegiada en medio del tarritorio acortará la distancia promedio desde cada uno de estos, con lo cual el traslado tomará menos triempo y evitará los actuales grandes gastos de combustibles. Además, su proximidad con la zona en perspectiva de desarrllo industrial del pueblo de Mariel permite avisorar los fuertes lazos comerciales para la zona.

 

Desde la era colonial, la joven ciudad había sido usada como centro de operaciones del jército español en la región oriental de la provincia de Pinar del Río, por lo cual el General Antonio Maceo la bombardeó. Más tarde, resultó el cruel destino de los reconcentrados de aquel entorno, cuando la  barbarie de Weyler. Y a mediados del siglo XX los poblados y municipios aledaños se abastecían de sus industrias y negocios.

 

No es la primera vez que quienes la circundan traban relaciones mercantiles y económicas de todo tipo con Artemisa.

 

La nueva provincia sobresale por su peso en la economía, sobre todo en la producción diversificada de alimentos, entre ellos los cultivos varios, huevos, así como la cría de ganado mayor, de cerdos y el acopio de leche.

 

Solo en la capital, dispone de fábricas de cemento y asbesto cemento, la industria de materiales de la construcción y la química, que produce plaguicidas. Y también cuenta con la Productora de Ómnibus y Conformación  de Metales de Guanajay, la metalurgia de San Creistóbal, las conservas de Candelaria y otros renglones.

 

MAYABEQUE

 

Mayabeque, nombre que se ha aprobado para una de las dos nuevas provincias en  el proyecto que analizó la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el reciente V Período Ordinario de Sesiones, que se celebró en el Palacio de Convenciones, tiene una singular e interesante historia.

 

La leyenda hace referencia al cacicazgo de Habanaguex en el sur de La Habana, y Mayabeque fue el nombre autóctono del río que riega el fértil valle donde se asientan hoy miles de los habitantes habaneros, aunque acorde con varios relatos los aborígenes siboneyes lo bautizaron también con el apelativo de Güinicajinal.

 

Lo cierto es que el afluente más importanate de la vertiente meridional de la región, cuyas fuentes constituyen el mayor caudal las del Ojo de Agua, de Catalina, por lo que deben considerarse como fuentes remotas las lomas que se levantan al sur de Júcaro.

 

Al entrar en  la llanura se divide por efecto de la canalización artificial y también natural en la multitud de brazos y zanjas que constituyen el sistema de riesgos establecidos en el valle de Güines. Por esa razón y por la de su curso por esta ciudad recibe el nombre de Güines hasta los terrenos del antiguo hato de San Pedro de Mayabeque, que toma este último nombre, con el cual sigue hasta su desagüe en la costa meridional, en el Golfo de Batabanó.


Desde este sitio sureño, Pedro de Barba partió con Hernán Cortés para la conquista de México, y desde el mismo sitio salieron expedicionarios para La Española, Jamaica,  Puerto Rico, Yucatán,  México y Veracruz, sin olvidar centro y suramérica.

 

El río que conocemos hoy es uno de los tres más grandes e importantes de la zona, que corre de norte a sur. La prosperidad económica de la región,  como resultado de los beneficios de ese cauce, fue un factor fundamental para que comenzara a construirse el Camino de Hierro a Güines, que sería el primer ferrocarril de Iberoamerica y el primer gran centro productor y exportador ingresándole grandes capitales, al convertirse en núcleo y cuna de la industria azucarera nacional, al poseer 94 ingenios en toda la jurisdicción.

 

Sus aguas son motivo de satisfacción de bañistas en verano y también para los que prefieren disfrutar de la playa del mismo nombre del río, en la localidad de Melena del Sur.

 

La influencia del nombre en la zona hizo que al triunfo de la Revolución y al adoptarse la creación de las regiones como un eslabón intermedio de la División Político-Administrativa de aquellos años, se aglutinaran varios de los actuales municipios en la región de Mayabeque.

 

La nueva provincia de Mayabeque, de 3 732,73 kilómetros cuadrados, bañada por la misma serpiente de agua dulce, muestra hoy el fruto de una obra que le ha llevado a un significativo potencial agropecuario, no sólo por sus fértiles tierras, simo también por el ímpetu y la nobleza de sus pobladores. Al propio tiempo, esa misma Revolución la ha dotado de una inestimable capacidad industrial, atributos que ya la muestran con fortaleza y fiel a su historia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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