NUEVAS ESTRATEGIAS, LOS MISMOS PELIGROS
ESTRATEGIAS
Por Ulises Espinosa Núñez
Foto de Prensa Latina
El mundo, como ya afirmó tiempo atrás Eduardo Galeano, está patas arribas, muy lejos de los días en que las frases revolucionarias aparecían en boca de los contrarrevolucionarios como arsenal diversionista, de preceptos robados a la izquierda por los ideólogos de la derecha internacional; eran los días en que Estados Unidos y sus centros de poder, post Unión Soviética y campo socialista, tenían la sartén cogida por el mango, como decimos en buen cubano.
Eran los tiempos de la dispersión del pensamiento progresista, el arrugamiento de partidos revolucionarios, el supuesto fin de la historia, en momentos en que, por ejemplo, América Latina era tan desunida como débil ideológica y políticamente hablando, y claro, todavía con el lastre de recientes dictaduras, maltrecha por un neoliberalismo que vendió hasta los cementerios; el imperialismo yanqui era entonces más fuerte que nunca, y se había apoderado definitivamente de Europa y de todas las potencias occidentales que luego le sirvieron como mucamas.
La frases robadas todavía las usan, pero ya aquellas potencias hegemónicas, no son tan fuertes ni en la economía, la política, ni en lo ideológico, no convencen a nadie, y el neoliberalismo fue desterrado de América Latina y el Caribe, en tanto los trabajadores europeos le han quebrado el orgullo al culto. Estados Unidos está en crisis, el mundo le desobedece, lo aísla, y le surgen adversarios a quienes están obligados a respetar; ahora la política estadounidense, hecha siempre con las armas, tiene la pólvora mojada con aguas rusas y chinas.
El Medio Oriente ha sido el fracaso imperial en Afganistán, Irak, Libia fragmentada se le escapó, Siria es infranqueable, Irán intocable, América Latina y El Caribe crearon sus propias instituciones políticas, económicas y de defensa y levantaron el muro al ingerencismo intervencionista, y por el surgimiento de gobiernos soberanos, aplican tácticas de desestabilización, ejemplo de lo cual son Ucrania y Venezuela, financiando hordas fascistas de violencia criminal contra los ciudadanos y las instituciones.
Reconocido el modus operandi, los países estrechan filas, se solidarizan y franquean las acciones a funcionarios que son agentes de la subversión resultan expulsados, agencias disfrazadas de esto y de lo otro pierden licencias y llamadas a tomar aviones hacia otros lugares, por lo que su hoja de ruta de guerra no convencional pierde efectividad estratégica, y en fin, las aguas del Río Bravo no dan paso al Sur de la CELAC, Petrocaribe, el ALBA, MERCOSUR y UNASUR, aunque haya algún que otro camaleón.
Todos estos acontecimientos tienen en ascuas a Estados Unidos y la OTAN, lo cual hace advertir que nuevas tácticas están en marcha, entre ellas la compra de quintas columnas nacionales para vender mediáticamente países supuestamente en caos, como lo hicieron algunas televisoras en Venezuela, donde le dieron punta de pies a la CNN, por difundir informaciones de guerra y otras que en sus naciones plagiaron fotos para acusar a Maduro y su gobierno de reprimir al pueblo, más todo quedará ahí, en otro chasco, porque el 82 por ciento de los venezolanos expresa su condena a la violencia que impone el fascismo.
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