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Sabanilla

MAESTRÍA EN RIO POTRERO

MAESTRÍA EN RIO POTRERO

Por Ulises Espinosa Núñez

 

 

Allí mismo, donde el bucólico cauce le da nombre a esa comunidad joven con apenas 50 años, asentada en la periferia Este de la ciudad de Las Tunas, ocurrió la más emotiva prueba de amor entre los padres que la habitan y los maestros que enseñan e instruyen en los valores más elevados a sus hijos.

 

Se conjugaron el altruismo de los educadores, la identificación de la familia con quienes guían a sus retoños por el buen camino de la cultura y el amor patrio, para lograr aquel día 14 de abril de 2010, lo que muchos en décadas de experiencia política y docente no habían disfrutado en el contexto de la sociedad cubana.

 

¿Qué ocurrió? Ese día, cinco maestras y un maestro del centro escolar Carlos J. Finlay, de la Comunidad de Río Potrero, debían defender su Maestría en otras dos escuelas ajenas al lugar donde por lustros y décadas ellos educan y enseñan a los infantes de aquel sitio. Se trata de un centro con una matrícula de 194 alumnos, y una sola maestra con título de Master.

 

La noticia llegó a oidos de los padres, abuelos, tíos, hermanos, y rápidamente convocaron a parlamento con Dilsa Céspedes Martinez, la presidenta del Consejo de Escuela, pues se oponían a que aquello ocurriera en cualquier otro lugar que no fuera el de ellos. Hubiera sido un agravio, porque la eventualidad también era de ellos.

 

La presidenta escuchó los reclamos, los trasladó a Marisela Bello Almaguer, la directora del plantel, quien interiorizó  emocionada la magnitud de aquel fuero comunitario y lo tramitó y defendió con elevado entusiasmo ante el Consejo Científico de su sede Universitaria, el que, sin objeciones, fue atrapado por aquel pronunciamiento inusitado, y los seis maestros  defendieron con éxito su Maestría en la propia escuela al cabo de cinco años de estudios.

 

¿Quiénes fueron ellos?: Mary Luz Paneque Velázquez, cuya tesis fue Actividad extradocente encaminada a fortalecer el valor responsabilidad en los escolares de quinto grado; mientras, Suilen Medero Pérez, defendió su trabajo titulado Ejercicios ortográficos con apoyo de la tecnologia educativa para docentes en formación inicial en la carrera de educación primaria.

 

El título de Master en Ciencias de la Educación fue también a las manos de Analvis Tassét Pupo, por la tesis Actividades dirigidas a fortalecer el valor patriotismo en los alumnos de quinto grado, através de la dramatización; en tanto, Magalis Balbuena Pérez tuvo éxito con un título de objetivos similares, pero a través de textos de argumentación.

 

Marisela Bello, la directora también logró su maestría, por la obra de investigación Habilidad calcular amplitudes de ángulos en los triángulos en la preparación del maestro de segundo ciclo. El único masculino en pos de la maestría fue Rafael Bautista López, cuyas investigaciones y defensa estuvieron centradas en Actividades a fortalecer la educación vial en los alumnos de sexto grado, a través de actividades extraesolares.

 

TRASCENDENCIA DE AQUEL ACOTECIMIENTO

 

Al decir de varios miembros de los tribunales integrados por doctores y otros docentes de alta calificacion, allí se dieron dos trascendencias muy particulares, una de ellas fue que las tesis tuvieron como laboratorios las propias aulas y a los niños como practicantes de los objetivos que se propusieron sus maestros, con el objetivo de perfeccionar los métodos didácticos y una mayor calidad en el aprendizaje.

 

Por otro lado, la demostración de que la educación cubana está basada en un alto concepto científico de su realización, pero en un contexto en el que la familia, la escuela y sus docentes se integran al empeño de lograr una eseñanza competitiva por su integralidad y promover educandos más capaces, para el pase a niveles de secundaria, preuniversitario y la universidad.

 

La Maestría que allí se defendió, fue por demás, un acontecimoiento festivo, porque se alcanzaría una meta soñada con esfuerzos, sacrificios y entrega, pero ocurrió con el concurso de los padres, pues los recursos de ambas partes se aunaron y los vecinos estuvieron dentro del personal de asistencia: merienda, almuerzo, agua fría y el almuerzo con un cerdo asado, salieron de la finanza comunitaria aportada por las dos partes.

 

Allí estaba Dilsa, la presidenta del Consejo de Escuela, presta a todo lo que se requiriera, y también Yelenis Batista, la profesora guía, o Mayumi Pavón, la licenciada en Cutura Física, que se le vio en todo, como una ardillita; el vecino Joaquín ofreció su coche para la leña y el regreso a casa de los trabajadores de la escuela, y el cerdo asado fue obra de Osmany.

 

La alegría fue desbordante: se escuchó musica, unos bailaron y otros jugaron dominó, se hicieron chistes, y no era para menos, porque la Maestría la lograron sin el costó de un centavo, sólo de sus esfuerzos, empero sí significaba incremento salarial a partir de este mes de mayo; tal como la enseñanza escolar y técnica y profesional es gratuita para niños y jóvenes, así lo es en Cuba para todos los educadores.

 

Aquel día 14 de abril, ya en los minutos finales del festejo, estábamos a unas horas de conmemorar el 49 aniversario de la victoria de los cubanos sobre la invasión mercenaria de Estasos Unidos en las arenas de Playa Girón, y aquello no escapó a los recuerdos del capitán de fragata Donel Pérez González: "Si los mercenarios hubieran triunfado en abril de 1961, esto y otras muchas más cosas buenas no estarían ocurriendo en Cuba".

 

Aquel día, otras decenas de maestros y profesores discutian su Maestría en la provincia de Las Tunas, y sumarían mil 319 los que ostentaran esa categoría y 47 la de doctores,  confirmó a Sabanilla la doctora Yunia Quintero Martínez, del Instituto Superior Pedagógico Pepito Tey, donde se forman todos los docentes tuneros.

 

 

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