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IRMA ARMAS. SU PRESENCIA EN LAS TUNAS

Por Ulises Espinosa Núñez

ulisesen@enet.cu

 

 Afable y ponderablemente humilde, Irma Armas dejó su impronta desde el mismo instante que asumió la dirección de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), en Oriente Norte, para convertirse en líder de la una nueva generación de profesionales que surgía en Las Tunas y Holguín, su ciudad natal.

 

Tenía una forma dulce de hacer llegar a la conciencia para aglutinar, con transparencia, las misiones y tareas que el momento aquel urgía, para dotar a la Revolución en ambas provincias, de una fuerza profesional capaz política e ideológicamente de llevar a las masas la obra del socialismo.

 

Su presencia en Las Tunas fue crucial, para multiplicar aquella fuerza, sin asomo de vanidad, porque impuesta de su responsabilidad, rápidamente llamó a los tuneros del sector a extender el entusiasmo, y por eso varios de nosotros fuimos convocados a la fundación de la UPEC en la  ciudad de Holguín, que al propio tiempo era la dirección de ambas provincias, en ese instante regiones.

 

En el caso de nuestro territorio, se daba la particularidad de que todavía no había un solo periodista profesional, aunque ya existían semanarios como El Trabajador, primero, y El Forjador, después, que ejercían el oficio de manera empírica, pero con rigor.

 

Fue la fuerza del Movimiento de Corresponsales Voluntarios la catapulteadora de tal empresa, cuando aquí los periodistas antecesores hicieron silencio luego del triunfo de la Revolución, la declaración de su carácter socialista y la nacionalización de las imprentas.

 

Aquél fue un movimiento que surgido en Las Tunas el 17 de mayo de 1963 junto a la fundación del Partido Unido de la Revolución Socialista (PURS), a cuyo servicio se puso como criatura partidista, iniciativa que Irma apoyó entusiastamente, primero con la organización de los corresponsales voluntarios en una secretaría de la UPEC, a partir de la cual promovió cursos y seminarios de técnica periodística, tanto acá como en Holguín y Santiago de Cuba; de ahí llegaron los primeros conocimientos de técnica para los que éramos corresponsales voluntarios, todos en término absoluto.

 

Pero no solo eso, alimentó los encuentros entre periodistas y corresponsales de ambos territorios, para propiciar la camaradería, y por ello una veces los tuneros íbamos a allá en recorrido o ellos venían a saludarnos y compartir gratos momentos de compañeros a compañeros, lo que alcanzó su mayor altura cuando 14 de nosotros, en 1973, matriculamos la carrera de periodismo, en el Centro Universitario de Holguín, donde ella compartió aula con nosotros. De ahí salieron las dos primeras graduaciones masivas de licenciados en periodismo de nuestras provincias, en 1978.

 

Irma fue entrañable bandera  y su presencia en la vida de muchos periodistas tuneros habrá que recordarla siempre, como a Rosano Zamora Padín, que aquí fue el maestro de aquella legión; tanta fue la comunión e identidad entre nosotros al conjuro de Irma Armas, que la dirección de la UPEC en Oriente Norte fue compartida con  compañeros de ambas regiones, y para más, cuando fue promovida en 1974 a la Dirección Nacional de la UPEC, ella  no dudó en dejar al frente de su presidencia a un tunero.

 

A muerto ella en La Habana, a los 72 años de edad, y el reconocimiento honesto a su rol entre nosotros, es lo más justo que ahora podemos hacer, al tiempo que ratificarle en su memoria, que seguimos en la trinchera del periodismo militante que nos inculcó, y en cuyas filas estuvo hasta su último aliento.

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